MI HIJA AILÍN

Pincel digital sobre papel

Mientras pinto tu retrato cierro mis ojos y te veo moviéndote a gusto y placer en mis ilimitados límites activando permanentemente mi capacidad de amar. Transgrediendo todas mis reglas, puliendo a diario el cofre donde guardo las normas enmohecidas de mis otros tiempos prohibiéndome abrirlo, airosa y amenazante con total desparpajo y displicencia.

Enfrentando mis enojos sacudiendo mis delirios estás de pie, exactamente en el centro de mis emociones, dirigiendo a tu antojo la escena eterna de la obra que jamás verá bajar el telón.
Tu risa es brisa fresca. Brisa fresca al calor de ese febrero en que tus ojos se abrieron.
Yo te nombro de mil maneras que nacen del arroyo fértil de mi costado divertido, pero ninguno impacta en el aire con la melodía que suena al pronunciar tu nombre: ...AILÍN.
Clara, transparente, iluminada AILÍN.
"Dulces 16", hijita mía.